Hay ondas electromagnéticas a nuestro alrededor.
En particular, estas ondas son emitidas por nuestros teléfonos móviles, redes Wi-Fi, torres de teléfonos celulares, electrodomésticos y todos los dispositivos habilitados para Bluetooth.
Si bien los riesgos para la salud humana que plantean las ondas electromagnéticas todavía no se conocen plenamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dejado claro que ciertas radiofrecuencias son potencialmente cancerígenas para los seres humanos, por lo que es importante protegernos de ellas.
Campos eléctricos y magnéticos: qué son y de dónde vienen
La intensidad del campo eléctrico se define por los niveles de tensión y las variaciones.
Un campo magnético, por otro lado, aparece cuando una corriente está viajando. En el curso de una corriente eléctrica, la intensidad del campo magnético varía en función del consumo de electricidad, mientras que la intensidad del campo eléctrico permanece constante.
(Fuente: Campos electromagnéticos, publicado en 1999 por la Oficina Regional para Europa de la OMS (Comunidades locales, serie informativa sobre salud y medio ambiente; 32).
Se distingue entre dos tipos de campos electromagnéticos:
Ocurrencia natural: Diversas fuentes y fenómenos naturales, como las tormentas eléctricas, crean cargas eléctricas en la atmósfera.
También sabemos que el campo magnético de la Tierra permite que la aguja de una brújula cambie de dirección.
De origen humano: Muchos campos electromagnéticos de baja y alta frecuencia son causados por la actividad humana. Un ejemplo: los rayos X utilizados para el diagnóstico médico.
También sabemos que los enchufes eléctricos emiten un campo electromagnético de baja frecuencia causado por la corriente eléctrica.
Los seres humanos utilizan todo tipo de radiación en altas frecuencias de radio, a través de antenas de transmisión de televisión y radio y torres de teléfonos celulares.
Los riesgos causados por la exposición a las ondas electromagnéticas
La contaminación electromagnética incluye los campos eléctricos y magnéticos que no son de origen natural.
La mayoría de las personas están expuestas regularmente a diversas ondas electromagnéticas de baja intensidad, tanto en el hogar como en el trabajo.
Estos campos eléctricos de baja frecuencia actúan sobre el cuerpo humano como lo harían en cualquier otro material que consiste en partículas cargadas.
Los materiales conductores causan corrientes que viajan a través del cuerpo hasta el suelo.
Al estimular las conexiones nerviosas, estas corrientes eléctricas pueden afectar los procesos biológicos humanos.
Muchos estudios científicos en Europa han puesto de relieve los riesgos y los efectos conocidos de los campos electromagnéticos, en particular en las personas con mayor sensibilidad, como los niños, las mujeres embarazadas y los ancianos.
Cada país determina sus propias normas de exposición a las ondas electromagnéticas, pero en la mayoría de los casos, las directrices nacionales siguen los límites de exposición recomendados por la Comisión Internacional de Protección contra las Radiaciones No Ionizantes (ICNIRP), organización reconocida oficialmente por la OMS.
El objetivo de estas recomendaciones de seguridad nacionales e internacionales relativas a la emisión de ondas electromagnéticas es limitar sus efectos nocivos y determinar los niveles de exposición que pueden ser peligrosos para la salud humana.
Aunque hasta la fecha no se han confirmado efectos adversos para la salud derivados de la exposición prolongada a las radiofrecuencias asociadas a la transmisión de electricidad, es conveniente tomar precauciones y dar prioridad a la protección, como señala el Consejo de Europa.
Los tipos de ondas electromagnéticas y cómo protegerse de ellas
Ondas de baja frecuencia
Nuestro entorno está atravesado por redes eléctricas (a menudo muy densas) que generan ondas electromagnéticas de baja o alta frecuencia, que inevitablemente afectan nuestro metabolismo.
Varias soluciones de protección electromagnética y materiales han sido desarrollados por las empresas de tecnología para reducir o bloquear la emisión de ondas electromagnéticas.
Instalación de tomas a tierra y manguitos eléctricos de protección: Además de prevenir cortocircuitos, la puesta a tierra de una toma de corriente también puede desviar una parte considerable del campo eléctrico.
Debido a la tensión, también es aconsejable mantener el cableado eléctrico fuera de las áreas donde la gente está presente.
La instalación de cables de protección y manguitos eléctricos es una excelente manera de reducir los campos eléctricos.
Manténgase alejado de la iluminación y las fuentes de energía: Se recomienda encarecidamente que se mantenga al menos a un metro de distancia de las fuentes de electricidad, incluyendo iluminación, electrodomésticos, computadoras y televisores.
Desconecte las lámparas cuando no esté en uso; incluso cuando están apagados, generan un campo eléctrico.
Además de ser más económicas, las bombillas led con intensidad no regulable son una buena opción para ayudar a reducir la emisión de ondas dañinas.
Ondas de alta frecuencia
Las redes Wi-Fi y los sistemas inalámbricos son métodos de transmisión de datos que emiten ondas de alta frecuencia.
El Wi-Fi se considera un emisor de ondas que pueden atacar el cuerpo.
Para protegerse de estas ondas, opte por conexiones por cable (ethernet, USB, fibra óptica) a través de Wi-Fi.
Asegúrese de desconectar sus dispositivos y enrutador de Wi-Fi.
Los sistemas inalámbricos, como los teléfonos celulares y cualquier dispositivo conectado a Wi-Fi, se consideran las principales fuentes de alta frecuencia de radio.
Ya en 2002, varios médicos alertaron a las autoridades sanitarias sobre el preocupante aumento de las enfermedades crónicas (dolores de cabeza, insomnio, leucemia, enfermedades cardíacas, etc.) en sus pacientes que usaban un teléfono móvil de forma regular.
Para su protección, es altamente recomendable elegir un teléfono fijo con cable o un modelo inalámbrico con reducción de onda.
Teléfonos móviles
Se han identificado diversas formas de enfermedades crónicas causadas por las dañinas ondas emitidas por los teléfonos móviles.
Aún más alarmante es el hecho de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) haya estudiado oficialmente el riesgo carcinógeno humano de la radiación emitida por los teléfonos móviles, especialmente los teléfonos inteligentes.
Es importante tomar precauciones al usar su teléfono móvil. Estos incluyen los siguientes:
- Mantenga conversaciones cortas cuando el teléfono se coloca contra su oído.
- Evite usar su teléfono inteligente cuando la red es débil, ya que el dispositivo emitirá más ondas.
- Asegúrese de poner su teléfono en modo avión siempre que sea posible.
- Opte por soluciones anti-radiación como parches protectores para teléfonos móviles y dispositivos electrónicos, una manera efectiva de bloquear iones negativos EMF (frecuencia electromagnética).